Desenmascarando a la incineración de residuos. 

El manejo inadecuado de los residuos debido a la falta de infraestructura es un problema recurrente en los países en vías de desarrollo y en países en transición, y en muchos casos se considera la incineración, coprocesamiento o procesos “waste to energy” como una opción viable y ambientalmente racional. Sin embargo estas prácticas traen consigo un sin número de efectos secundarios adversos tanto para el medio ambiente como para la salud humana y la economía.  

Estas tecnologías que tratan los residuos urbanos, médicos e industriales utilizando altas temperaturas, transforman materiales tales como papeles, plásticos, metales y desechos alimentarios en cenizas, gases de combustión, contaminantes atmosféricos, calor, efluentes líquidos, entre otras emisiones. 

Tipos de incineración y procesos similares:

Incineración de residuos en hornos cementeros (Coprocesamiento) :El uso de residuos como combustible en hornos de producción de cemento donde los residuos más utilizados son los neumáticos, residuos peligrosos, lodos cloacales, entre otros. Esta práctica es sumamente peligrosa porque estas plantas no están diseñadas para tratar residuos, y no tienen ni los mismos equipos de control de las emisiones, ni están sometidos a las mismas normativas que los incineradores tradicionales. La quema de residuos en hornos de cemento puede provocar la emisión de dioxinas y otras sustancias como hidrocarburos aromáticos policíclicos y metales pesados, entre otras, tanto al aire como a través del propio cemento. 

La pirólisis es un método que trata a los residuos teóricamente en ausencia de oxígeno. Sin embargo, la ausencia total de oxígeno es imposible de obtener, debido, entre otras razones, a que el mismo está presente en los propios residuos.

La gasificación es un sistema que limita la presencia de aire para lograr que los residuos se “gasifiquen” y luego sean quemados. La gasificación o la pirólisis por arco de plasma somete a los residuos a temperaturas muy altas que se obtienen por corrientes eléctricas. Si bien las altas temperaturas pueden destruir las dioxinas, éstas se vuelven a formar cuando los gases se enfrían. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos claramente señala al arco de plasma como una tecnología de incineración.

Estos incineradores pueden emitir productos tóxicos similares a otros como dioxinas y furanos, mercurio, metales pesados, materia particulada, monóxido de carbono, cloruro de hidrógeno, dióxido de azufre y otros, así como también contaminantes tóxicos en los residuos sólidos, y efluentes líquidos contaminados. Tienen los mismos problemas asociados a la complejidad, los altos costos y la destrucción de recursos que los incineradores de quema masiva. En el caso del arco de plasma, además implica un altísimo consumo de energía y es mucho más caro incluso que los incineradores tradicionales. Donde han funcionado, estas tecnologías también han probado tener serios problemas técnicos y operativos

Reciclaje Químico: El reciclaje químico suele referirse a las tecnologías que usan una combinación de calor, presión, oxígeno menguado, catalizadores, y/o solventes para convertir plástico usado en combustible o insumos para crear un plástico nuevo. Aunque el término “reciclar” sólo debería referirse a los procesos que convierten el plástico en más plástico, la industria petroquímica también utiliza el término “reciclaje químico” o “reciclaje avanzado” para referirse a estos procesos que producen combustible.

Actualmente, en el Ecuador la actividad de coprocesamiento en hornos cementeros; es una opción de incineración de residuos peligrosos. Esta actividad se encuentra normada legalmente desde el 13 de Mayo del 2011 cuando el Ministerio del Ambiente expidió la Norma Técnica para el co-procesamiento de desechos peligrosos en hornos cementeros que establece “los requerimientos, condiciones y los límites máximo permisibles de emisión, bajo los cuales se debe realizar el coprocesamiento de desechos peligrosos en hornos de producción de clinker (producto artificial obtenido por la calcinación y sinterización de la materia prima cruda) de plantas cementeras, mediante la sustitución de combustible o materia prima tradicional por desechos peligrosos empleados como combustible y materia prima alternativos”.

Por lo que estas actividades están reguladas en el país. Se establece que se debe de cumplir con la normatividad ambiental vigente para el desarrollo de las actividades para lo cual tienen que contar con una licencia ambiental que autorice el uso de los desechos como combustible o materia prima alterna, excluyendo también una serie de desechos peligrosos como: desechos electrónicos, desechos corrosivos, desechos radiactivos, desechos municipales no clasificados, desechos con alto contenido de metal, pesticidas clorados PCBs y materiales contaminados con PCBs (incluidos los que tienen menos de 50 ppm), mercurio y materiales con mercurio y otros contaminantes manteniendo un límite de emisión. Sin embargo, es poco o nulo el control que se hace sobre lo que entra y sale de dichos hornos. 

De acuerdo a la organización GAIA (Global Alliance for Incinerator Altenratives), que ha realizado amplios estudios sobre los efectos de la incineración sobre la salud y la economía, entre algunas de las consecuencias de la incineración tenemos que: 

Emite sustancias tóxicas al ambiente  como gases, líquidos y cenizas tóxicas, emiten miles de sustancias químicas dañinas: metales pesados como mercurio, cromo, cadmio, arsénico, plomo y berilio; hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs); bencenos clorados; naftalenos policlorados; compuestos orgánicos volátiles (COVs); gases ácidos como óxidos de azufre; dióxidos de nitrógeno y ácido clorhídrico; gases de efecto invernadero como dióxido de carbono, entre muchas otras.

Crea sustancias nuevas y más tóxicas: Se forman compuestos nuevos: dioxinas y furanos, bifenilos policlorados (PCBs) y hexaclorobenceno.que son Compuestos Orgánicos Persistentes (COPs), tóxicas, persistentes (tardan mucho en degradarse), se trasladan largas distancias, se acumulan en las grasas de los organismos y se van concentrando a medida que asciende la cadena alimentaria 

Daña la salud humana: Los contaminantes que emiten los incineradores tienen impactos en la salud, Por ejemplo, el mercurio afecta al sistema nervioso central, al cardiovascular y al respiratorio; las dioxinas están asociadas con problemas como malformaciones congénitas, retraso en el desarrollo, alteraciones en el sistema inmunológico y el hormonal; el arsénico y el cadmio son cancerígenos, el plomo provoca daños en el cerebro y en los riñones y es un potencial teratogénico. 

Contamina los alimentos: Las sustancias que emiten los incineradores pueden trasladarse largas distancias, hasta decenas de miles de kilómetros; y  contaminarán los alimentos que se produzcan en esas zonas. Existen antecedentes de producciones agrícolas que se han contaminado con dioxinas por las emisiones de plantas de incineración

Destruye los recursos naturales: Convierte recursos naturales en cenizas tóxicas, gases y líquidos contaminantes. Para satisfacer la demanda de la industria, se debe volver a extraer materia prima de la naturaleza, transportarla y procesarla desde cero para reemplazar los productos quemados. La destrucción de materia orgánica en incineradores también está asociada con la pérdida de suelo alrededor del mundo.

Pone un ancla sobre la reducción y el reciclaje: Los incineradores se alimentan de la basura, y para ser rentables necesitan un mínimo de materiales constante que quemar. Esto pone una pesada ancla sobre los planes de manejo de residuos de los municipios. En la práctica, implica una competencia para los programas de reducción de la generación de residuos, y reutilización, compostaje y reciclaje de materiales.

Emite Nano- partículas: Son otras emisiones de preocupación las partículas ultra-finas o nanopartículas que atraviesan los filtros de los incineradores y también los filtros que tenemos en nuestro cuerpo. Las partículas ultra-finas pueden provocar serios problemas de salud, como cáncer, infartos, asma y enfermedades pulmonares, entre otras

Destruye el clima: La incineración es una fuente de emisión de gases de efecto invernadero,  como dióxido de carbono y dióxido de nitrógeno, entre otros. Está incluida en el listado de fuentes de emisión del Protocolo de Kyoto. Si se toman en cuenta todas las emisiones de gases de efecto invernadero (incluidas las biogénicas, provenientes de materiales biodegradables como papel) todos los incineradores que recuperan energía en alguna forma (ya sea en electricidad, calor o ambas) emiten muchos más gases de efecto invernadero por Kw hora de electricidad generada que las centrales operadas a gas, carbón o petróleo. (Platt et al: 2008)

Genera residuos peligrosos: Generan cenizas de fondo o escoria (que quedan en la base del horno), cenizas volantes (que quedan impregnadas a los filtros), emisiones fugitivas (partículas más livianas que quedan suspendidas en el horno, se escapan por la chimenea y traspasan los equipos de reducción de la contaminación) y filtros usados. 

Es el método de tratamiento de residuos más caro: El costo de instalación de un incinerador llega a cientos de millones de dólares  y tienen altísimos costos de mantenimiento. Requiere de personal capacitado para operarlos que ocasiona fallas en el funcionamiento de los hornos y riesgos evitables a los operarios.

Un negocio de pocos, a costa del bienestar de muchos: El dinero que una comunidad invierte en un incinerador generalmente va a parar a unas pocas manos, frecuentemente empresas privadas y multinacionales, que concentran el negocio del tratamiento de residuos. Ninguna tecnología que  incinera garantiza la cero emisión de dioxinas, y estas sustancias son peligrosas aún en dosis muy bajas. Los metales no se pueden destruir; se emiten al ambiente a través de los gases y las cenizas. Las tecnologías más modernas emiten éstos y otros contaminantes.

Como la opción de manejo de desechos más cara, los incineradores compiten con el reciclaje y el compostaje por financiamiento y materiales, y solo mantienen 1 trabajo de cada 10 en una instalación de reciclaje. Debido a que al menos 15 millones de personas en todo el mundo dependen de la recolección de residuos y la recuperación de recursos de los residuos para su sustento. La recuperación de los recursos de desechos mediante la reutilización, el reciclaje y el compostaje sirve para crear muchos más trabajos que la incineración de desechos y los vertederos.